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  • Foto del escritorPAOLA EDITH RODRIGUEZ

Semana de campamento SIA

Actualizado: 25 jul 2022

Hace una semana empaqué mis cosas con emoción para comenzar un viaje, del cual no sabía que esperar, no sabía que pasaría, solo sentía que sería bueno y nuevo.



Comenzando la semana de campamento disfrute mucho el camino por la sierra, no conocía ese lado de Sonora y siento que la temporada de viaje fue en un momento en el que el paisaje es visualmente hermoso, ya que gracias a las lluvias el cielo es más azul que nunca y los cerros verdes, tupidos de ocotillo. Conforme vas subiendo a la sierra el paisaje se llena de distintos árboles frondosos y algunos floreados, un deleite.



(SIA Foto: S. Müller)

Nuestra primera parada fue en el Rancho Agua de En medio, propiedad del Sr. Eduardo, un lugar que simplemente me enamoró. En nuestro primer día de actividades pude aprender prácticas de control de la erosión (lo cual ha sido un tema muy interesante para mí este último año y el poder trabajar en ello fue algo muy especial) reconstruimos gaviones

y por la tarde platicamos sobre los aspectos culturales que tiene la ganadería en Sonora, reflexionando acerca como es que ciertas actividades son parte de la identidad cultural del estado y cómo podemos adaptar las medidas de mitigación del cambio climático a las actividades como la ganadería; más tarde conocimos la cascada llamada “El Salto”, también aprendimos la importancia de la fertilidad de los toros y como manejan el ganado en el rancho.



(SIA Foto: S. Müller)


El segundo día de campamento al terminar las actividades matutinas regresamos a la cascada El Salto, fue un momento muy tranquilo y divertido para mí. Tomé el tiempo de pararme y capturar esos paisajes que no quiero olvidar, por la tarde tuvimos una plática muy interesante impartida por personal de la CONAP acerca de reservas naturales.


(SIA Foto: M. Enriquez)

La siguiente parada se encuentra en el Ejido Cuauhtémoc, el Rancho Agua Verde, propiedad de la familia Gámez. Para llegar a él tuvimos que recorrer un camino largo y hermoso, me encantó ver de cerca los cerros cubiertos de ocotillo y el atardecer acercándose, aquí tuvimos la oportunidad de conocer distintas áreas del rancho y trabajamos en 2 actividades; fabricar bombas de semillas de pastos nativos y crear curvas de nivel en una parte del terreno para retención de agua. Platicamos con la familia Gámez acerca de los planes que tienen para el rancho, nos brindaron muy valiosas reflexiones y comida riquísima tradicional, Yetzel nieta del Sr. Gámez comentó: “uno siempre regresa a donde es feliz” y creo que esa fue la filosofía con la que nos acogieron los días que estuvimos en el rancho de la familia.



Por último, nos dirigimos a Los Fresnos, que es administrado por Naturalia A.C. En este lugar aprendimos más sobre el manejo de las ADVC y la importancia de tener lugares como estos, es el hogar de pequeñas colonias de especies que deben ser protegidas conservadas. Trabajamos con Spring Seeker registrando un manantial y haciendo adecuaciones al lugar para que este pueda ser un lugar más limpio y no sea contaminado, también trabajamos con FotoFauna, revisando que las cámaras que estaban instaladas estuviesen funcionando de manera correcta, todo el trayecto fue muy agradable, teníamos una vista preciosa y el clima estaba a nuestro favor.


El último día de campamento intentamos ver castores, no pasó, pero disfrutamos de una mañana helada y una caminata alrededor del represo. Llegó el momento de empacar e irnos del Rancho Los Fresnos, que momento. Estaba feliz por todo lo que había aprendido y conocido, pero a la vez un poco nostálgica ya que sabía que iba a extrañar esos bellos paisajes.



Llegamos a Cananea y como cierre de la semana de campamento tuvimos una inesperada y grata platica impartida por el Padre Claudio Murrieta, quien nos habló de manera muy sabia acerca de los conceptos de deterioro del medio ambiente aplicados en las relaciones de la sociedad actual. Honestamente, creo que todos estábamos muy sorprendidos por los momentos de reflexión que nos brindó. Los momentos de reflexión y aprendizaje técnico fueron a la par uno del otro. Al inicio de cada día nos entregaban una pregunta que respondíamos al finalizar las actividades diarias y gracias a ello siempre tuvimos ese momento para digerir el día y reflexionar.

El último momento de la semana de campamento cerramos platicando nuestras respuestas de la pregunta del día. Quedé sorprendida de cómo además de este aprendizaje profesional que tuve, puede conectar de una manera más personal conmigo misma y con la naturaleza. Entiendo que este viaje me ayudó a enamorarme de Sonora, a querer más mi casa, nuestra Tierra.

Pude ver y entender que existe algo más allá de la ciudad y que hay personas que ejercen su libertad en beneficio del medio ambiente, que deciden ser responsables del entorno que les rodea y con acciones concretas están ayudando para este mundo en el que vivimos encuentre un equilibrio verdadero.

Estoy eternamente agradecida con la organización Sky Island Alliance por brindarme la oportunidad de vivir mis primeras experiencias en campo, por impulsarnos a ampliar nuestro panorama para crear nuevos caminos y oportunidades.



Última foto: (SIA Foto: S. Müller).

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